En esta reseña se expondrá un breve análisis sobre la película Avatar y de qué manera esta se relaciona con el urbanismo en la actualidad, centrándonos en como situaciones y escenarios mostrados en el filme, son fiel reflejo de las ciudades que hoy construimos.

Ficha Técnica:
- Dirección: James Cameron
- Guion: James Cameron
- Estreno: 18 diciembre 2009
- Título original: Avatar
- Género: Ciencia ficción
- Origen: Estados Unidos
- Duración: 166 minutos
- Distribuidora: Fox
Avatar se sitúa en el año 2154 en una ciudad de Estado Unidos inmersa en la tecnología, que plantea un escenario de ciudad distópico y decadente. Es aquí donde conocemos a Jake Sully, un marine veterano de guerra y herido en combate que a raíz de esto queda parapléjico.
Este es seleccionado para participar en el programa “Avatar”, ocupando el puesto que ocupaba su hermano gemelo recién fallecido. De esta forma, Jake es trasladado a Pandora, un planeta que alberga una asombrosa biodiversidad natural, que está habitada por los “Na’vi”, una raza humanoide.
Los humanos se encuentran en conflicto con los nativos del clan “Omaticaya” , (caracterizados por su conexión con la naturaleza y cada uno de los seres que conforman su comunidad). Lo anterior es debido a que están asentados alrededor de un gigantesco árbol, conocido por ellos como el “árbol madre”, que cubre una inmensa veta de un mineral muy cotizado, el “Unobtanium”.
La existencia de dicho mineral ha llevado a una empresa privada a crear un proyecto de explotación de recursos minerales, es aquí donde luego de la convivencia con los nativos, crece en Jake Sully un nuevo sentimiento de respeto hacia la naturaleza y cómo nos relacionamos con ella, dando un vuelco a toda la historia.
En el comienzo de la película se muestra una ciudad futurista sobrepoblada planteada como una “máquina” carente de toda prosperidad y conectividad con el ecosistema. Existe un vasto avance en tecnología y desarrollo, con edificaciones enormes, novedosas y modernas, pero con una sociedad claramente degradada.
Vemos a sus habitantes enfocados en sus propósitos personales, despojados de su espacio, usando la urbe sólo como medio de transporte para llegar a sus destinos. Esto claramente nos muestra un posible resultado de la dirección en la que vamos, visto de la perspectiva urbanística en la actualidad, dejamos de encantarnos con la ciudad, dejamos de querer recorrerlas, porque ya no están hechas para nosotros.
Vemos cómo las ciudades son capturadas por el bombardeo publicitario, edificaciones de grandes alturas, y lujos, que sin duda no son para todos. Esta es la ciudad a la que podemos acceder los comunes, los que no significamos una figura de respeto, es de esta manera como también la película nos enseña una realidad que vemos en las ciudades contemporáneas.

Como el lugar que habitamos ya no es grato para nosotros, porque no cumple las condiciones que se necesitan para tener calidad de vida, ya sea en el espacio privado o en lo público, y carece de toda experiencia para el habitante. Poblar un espacio no es solo ocuparlo, también es darle vida al mismo.
Avatar también pone en gran valor la importancia de coexistencia con el hábitat, donde cada ser importa, dejando en evidencia cómo nuestra sociedad y ciudades extractivistas operan, agotando cualquier campo natural que exista, utilizándolo para llenarlo de más y más concreto o simplemente destruyéndolo para beneficiarse de alguna manera económica de él.

Nuestras ciudades están hechas para alimentar el sistema bajo el cual vivimos hace mucho tiempo. Desde esta premisa creo que es importante aclarar que el problema no es que construyamos, ya que muchas edificaciones son hermosas y funcionales para nosotros. El problema es que se transforme esto en lo más importante afectando nuestra cosmovisión.
Las ciudades necesitan de su medio natural, necesitan la coexistencia entre la naturaleza y nosotros, es esta la que nos puede aportar de gran manera el confort que hoy en día nos hace falta. La naturaleza nos ayuda a recuperar la vida en la ciudad, las hace paseables y deseables de habitar.

Tener un lugar donde sentarnos bajo árboles que nos aporten sombra y que disminuyan la temperatura ambiente, nos genera una sensación de bienestar a todos, lo que resulta en ganas de volver a caminar por las calles y dejar el automóvil atrás, recuperando el enfoque que a mi parecer deben tener las ciudades, que somos sus ciudadanos.

Sin duda, Avatar pone en la mesa un tema que parecía olvidado, la presencia del medio natural en el lugar que habitamos, la importancia de sentirse parte del entorno en el que vives y hacer uso del mundo urbano que nos es propio. A veces estamos tan inmersos en nuestros estilos de vida que no se nos hace evidente el daño causado. Si no paramos y analizamos lo fácil y beneficioso que puede ser la presencia de naturaleza en la ciudad, quizá, en unos pocos años este planeta ya no nos sea suficiente.